Las mondas de una naranja, los restos de la cena, la
hojarasca que se recoge del jardín en otoño o las aguas residuales pueden
convertirse en biogás, un combustible similar al gas natural. Un ejemplo es el
biometano que se obtiene de la fermentación y refinado de las aguas fecales de
la depuradora de Arazuri (Navarra) que permite circular a un autobús por
Pamplona. “Es capaz de hacer 1.000 kilómetros alimentados con los desechos que
todos sus pasajeros generarían en un año", afirma Miquel Torrente,
director de energía del Grupo Hera, la compañía catalana de tratamiento de
residuos que gestiona el proyecto.
La mayoría de los desechos orgánicos puede transformarse en
un gas que, refinado, tiene características similares al gas natural y puede
utilizarse para propulsar vehículos, producir electricidad o inyectarse a la
red de gas.
España es el séptimo productor europeo de biogás (sin
refinar), según los datos del barómetro Eurobserver. Tiene un potencial de
energía disponible de cerca de 20.000 GWh al año, lo que representa alrededor
del 6,5% del consumo de gas natural en España. Este fluido alternativo se
consume en una de cada tres casas o comercios, de acuerdo con del Instituto
para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE).
En España hay más de 60 plantas que usan el gas sin refinar
para obtener energía eléctrica y calor, pero solo dos de ellas producen
biometano, la de Arazuri y la de Valdemingómez, en Madrid. "La obtención
de biometano es un proceso relativamente nuevo en nuestro país. Es un proceso
de limpieza y enriquecimiento del gas para que alcance características
similares a las del gas natural", explica María Piedad Martínez, responsable
de proyectos de biogás de Gas Natural Fenosa.
Las bacterias son las responsables de transformar los
desechos en el preciado gas. El milagro ocurre dentro de una cámara llamada
digestor anaeróbico. A una temperatura media de 36 grados centígrados y sin
oxígeno, un inmenso batallón de microbios devora los desechos y los convierte,
en menos de un mes, en abono y una mezcla de gases. Ese fluido en bruto es el
que se usa para producir electricidad y calor a pequeña escala.
Fuente: El País
Un ejemplo de que las energías renovables sí pueden ser rentables
ResponderEliminarPues no entiendo por qué no se genera más cantidades de este tipo de gas. Así reducimos los residuos que generamos, ¡que no son pocos!
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