No hay semana
en la que no salga a la luz un hackeo informático a gran escala o realizado a
alguna figura destacada que pone en tela de juicio la seguridad en la Red. El
último gran caso ha sucedido en Italia con los antiguos primeros ministros
Matteo Renzi y Mario Monti, además del presidente del Banco Central Europeo,
Mario Draghi, como principales afectados en el robo de información confidencial
de instituciones, políticos y empresarios.
Sin embargo,
no hace falta ser una cara conocida o dirigir un país para que los piratas
informáticos pongan en el punto de mira los datos personales de cualquier
ciudadano. No en vano, la frase de la información es poder cobra aún más
relevancia en un mundo tan conectado y dependiente de las nuevas tecnologías
como el actual.
El valor
comercial de los datos es cada vez mayor, aunque esto no significa que se tenga
que firmar un cheque en blanco para hacerse con ellos, ya que precisamente el
aumento del interés por ellos también ha disparado el número de hackers que se
dedican al mercado negro. A pesar de ello, aún se siguen pidiendo grandes sumas
a modo de rescates cuando la información afecta de lleno a un negocio. Fue, por
ejemplo, el caso de una compañía médica que se negó a pagar 20.000 euros y que
finalmente vio cómo los datos médicos de cientos de sus clientes aparecían
publicados en Internet.
El informe El
comercio clandestino de datos, elaborado por McAfee Labs, alerta, sin embargo,
de que el mercado de la información digital robada puede afectar a todo el
mundo, ya que incluso se pueden encontrar fácilmente en la Red piratas que, por
menos de 10 euros, ofrecen accesos premium e ilimitado a servicios tan
populares como HBO o Netflix, mientras que quien prefiera contratar un canal de
deportes puede quedarse con la cuenta de otro usuario por menos de 15 euros.
Fuente: Expansión